“Al conocimiento debemos unirlo con el juicio crítico para formar mentes libres”
Bertrand Russell
Según cuenta la leyenda, algún día un educador le preguntó al filósofo inglés Bertrand Russell (1972-1970) sobre por qué insistía tanto en que se debería enseñar al educando a pensar críticamente sobre la simple transmisión de conocimientos, a lo que Russell respondió: “el conocimiento es valioso, pero sin la capacidad de pensar críticamente es como tener herramientas sin saber cómo usarlas. Educar no debería ser llenar cabezas con información sino enseñar a cuestionar, a analizar y a razonar de manera independiente. Si solo les damos respuestas a los estudiantes los dejamos indefensos frente a la manipulación; en cambio sí les enseñamos a examinar la evidencia y a desafiar las ideas, les damos la capacidad de encontrar la verdad por sí mismos y a resistir el error, incluso cuando todos a su alrededor se equivoquen”.
Según investigadores de la empresa Iberdrola, el pensamiento crítico se entiende como la capacidad de analizar y evaluar la consistencia de los razonamientos, en especial, de aquellas afirmaciones que la sociedad acepta como verdaderas en el contexto de la vida cotidiana, como las fake news, especialmente relevantes en la actualidad por su proliferación y rápida viralización.
Desde hace algún tiempo he venido señalando la importancia de la innovación, la disrupción y el emprendimiento en la formación académica en México como objetivo primordial del sistema educativo; un sistema educativo que se convierta en el soporte de nuestra economía. Este objetivo, el de la creación de nuevo conocimiento, ha sido presentado por el mundo desarrollado como la base de desarrollo de una economía exitosa.
La base de la innovación es el pensamiento crítico y analítico, pues éste nos lleva a pensar sobre soluciones diferentes a problemas cotidianos o a nuevo conocimiento. El pensamiento crítico nos lleva de lo obvio, a la pregunta, a la duda, al razonamiento, y esto nos empuja a construir caminos diferentes. Allí radica la importancia de pasar de una escuela centrada en respuestas a una donde los estudiantes sepan preguntar, cuestionar… una escuela donde no hay conformidad, donde la búsqueda de nuevas soluciones sea el motor del aprendizaje.
El cerebro no es un archivero, por lo que pensar que debemos rellenar la cabeza con datos es el peor error que podemos cometer los educadores. El cebero es una máquina maravillosa para crear, para desarrollar, para construir nuevas cosas, y para ello es importante estimularle con conocimiento, pero con el objetivo de impulsar a construir nuevo conocimiento.
México necesita urgentemente un nuevo modelo educativo, uno que nos lleve de la escuela de las respuestas a la escuela de las preguntas, y para ello necesitamos generar en los alumnos la confianza y seguridad para que por medio del pensamiento crítico y analítico construyan las soluciones que nos lleven a soñar con un mundo mejor.
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