Arrancó el 2025 y las expectativas son muy altas para nuestro país.
El inicio del nuevo periodo presidencial de Donald Trump nos llena de incertidumbre frente a las constantes amenazas que fue lanzando previo a su posesión. Los problemas de seguridad siguen siendo un tremendo reto para México; nuestro sistema de salud que no termina de funcionar y que es prioritario enfrentar; la pérdida de empleos en el IMSS al cierre del año (425.259 plazas de trabajo menos que las reportadas en noviembre del 2023); el crecimiento económico (que se ha estancado), y la necesidad urgente de buscar mejoras en nuestro sistema educativo, seguramente deben ser los principales puntos en la agenda de nuestra presidenta de México.
Según un estudio de Bank of America (BoFA) Securities, el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de México se ha venido rezagando con respeto a Estados Unidos y a América Latina. Estados Unidos en los últimos 5 años creció un 8 por ciento y México cayó a -0,2 por ciento. El crecimiento de nuestro país ha sido muy bajo desde el 2018, pues ronda en el 0,6 por ciento a tasa anual.
Según el estudio, el crecimiento acumulado de México en los últimos 20 años es de apenas un 11,4 por ciento, muy por debajo del crecimiento de 32 por ciento de América Latina, y del 30,3 por ciento de Estados Unidos.
En el acumulado de los últimos 5 años el país que más creció en el mundo fue China con 26,6 por ciento, seguido de Vietrnam con 23,5 por ciento, Polonia con 19,9 por ciento, Costa Rica 12,5 por ciento, Corea del Sur 9,9 por ciento, Colombia 8,4 por ciento, Estados Unidos con 8,1 por ciento, Brasil con 5,6 por ciento, Chile 2,5 por ciento, y México con -0.2 por ciento, por señalar algunos.
¿Qué le pasa a la economía mexicana?
Sin entrar en temas técnicos de los cuales no soy experto, considero que la economía mexicana centrada en la manufactura, un modelo que nos funcionó perfectamente en el siglo XX, nos está empezando a pasar factura en este siglo. Si bien la manufactura sigue siendo muy importante para el país, considero que nuestras condiciones de inseguridad y cambios políticos pudieran estar afectando la certeza de las empresas para ubicarse cómodamente en nuestro país. Pero la realidad es que las economías centradas en la manufactura que ofrecen su mano de obra barata no generan el crecimiento adecuado para su población. El mundo ha entendido que la generación de nuevo conocimiento es la base de las economías exitosas en este siglo. Por ello vemos a China que al cierre del 2023 generó 1´522.292 patentes, pues es un país que ha decidido apostar todo a que su economía la sostenga el conocimiento, como lo hiciera por décadas Estados Unidos. Vemos el caso de Vietnam, un país muy pobre por décadas, que ha tenido un gran crecimiento en los últimos 5 años y que realizó 991 patentes en 2023, que, aunque son aún pocas, la realidad es que cada año las ha estado aumentando. Polonia, otro que ha crecido bien en los últimos 5 años, generó 4.618 patentes en 2023. Recordemos que México generó 978 patentes en 2023.
La realidad es que México necesita entender que su modelo económico debe cambiar. No podemos apostar todo a la maquila, pues ante la robotización y automatización, seguro nos generará muchos menos empleos de los que necesitamos. Tenemos que apostar a la tecnología, a la invención y a la solución de problemas como estrategia para crecer en el mediano y largo plazo, y para ello necesitamos cambiar radicalmente el rumbo de nuestra educación, esa educación centrada en la memoria que tan poco futuro tiene hoy en el mundo. No podemos pensar que con un simple título universitario las personas obtendrán empleo, pues este siglo nos obliga a desarrollar muchas habilidades que nuestro sistema educativo hoy no provee.
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