El CEO de Euro Exim Bank hizo reflexionar a los economistas cuando dijo: “Un ciclista es un desastre para la economía del país: no compran autos y no pide dinero prestado para comprar. No paga pólizas de seguros. No compra combustible, no paga mantenimiento del vehículo, ni reparaciones. No paga estacionamientos. No causa accidentes graves. No requiere autopistas de más carriles. No se vuelve obeso. La gente sana no es necesaria ni útil para la economía. No compran medicamentos, no van a los hospitales ni a los médicos. No agregan valor al PIB.
Por el contrario, cada nuevo punto de venta de McDonald crea al menos 30 puestos de trabajo, hace trabajar a 10 cardiólogos, 10 dentistas, 10 nutriólogos, además, por supuesto, de las personas que trabajan en el propio negocio.
PD: caminar es aún peor. Los peatones ni siquiera compran una bicicleta”.
Este texto no es real, pero nos hace reflexionar sobre el consumismo y sobre la generación de bienestar y riqueza.
Pareciera necesario destruir para ganar, lo que nos ha estado llevando a una desigualdad compleja en el planeta que nos ha estado alejando de un desarrollo equilibrado para la humanidad.
Según un estudio recientemente publicado la Oxfam (confederación internacional formada por 19 organizaciones no gubernamentales que realizan labores humanitarias en 90 países), si los 10 hombres más ricos del mundo perdieran mañana el 99,9% de su riqueza, seguirían siendo más ricos que el 99% de toda la población mundial. Si cada uno de estos 10 ricos gastara 1 millón de dólares al día, les llevaría 476 años gastar todo su dinero.
La realidad es que la desigualdad en el planeta está llegando a límites catastróficos para muchos. Según el estudio, los primeros años de esta década la riqueza de los 5 hombres más ricos del mundo se ha duplicado. En cambio, la riqueza de 5 mil millones de personas se ha reducido.
El 1% más rico de la población, tiene el 43% de todos los activos financieros del planeta; además de que este 1% más rico genera las mismas emisiones de carbono que los 2/3 más pobres de la humanidad. Es lógico, se acumula más, se gasta más y se contamina más… al final es un tema de ego, pues no existe mucha diferencia del poder adquisitivo entre quien tiene 50 mil millones de dólares, al que tienen 60 mil millones de dólares.
El grave problema es que la ambición por acumular hace que la mayoría de quienes más tienen, menos aporten, como lo señala el estudio de OXFAM: el 0,4% de las 1600 empresas más influyentes del planeta no se comprometen a pagar salarios dignos a sus empleados.
¿Qué debemos hacer?
Yo soy un defensor del capitalismo y de la generación de empresa, pero creo que este capitalismo como lo conocemos, que acumula sin límites legales y sin consciencia social, nos terminará llevando a un caos que difícilmente podremos resolver. Mi propuesta como empresario y formador de emprendedores es hacia el Capitalismo Consciente que desde la sostenibilidad se compromete a:
- Que lo que hagamos mejore la economía
- Que lo que hagamos ayude a desarrollar a la sociedad.
- Que lo que hagamos, se comprometa a cuidar el medio ambiente
- Que lo que hagamos establezca la posibilidad de que nuestros colaboradores puedan tener un plan de vida que les mejore sus condiciones hasta lograr crecer, desarrollarse y vivir mejor.
Las generaciones que hoy están en las aulas del mundo son los centennials y los alfa, ambas están cansadas de la corrupción, la desigualdad, el cambio climático y el consumismo desenfrenado, por lo que quienes estamos en la formación educativa tenemos la obligación de fortalecer y empoderar a estas generaciones para que nos ayuden a tomar conciencia y a generar una nueva manera de enfrentar la vida; desde la generación de riqueza, sí, pero desde la consciencia como base de construcción de una sociedad con mejores oportunidades y desarrollo para todos.
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